Abstract:
La Encuesta Nacional de Salud Reproductiva de 1993 constituye la fuente de
información más reciente sobre el comportamiento reproductivo de la población
costarricense. Con una muestra científicamente diseñada de 361 8 mujeres de edades
comprendidas entre los 15 y los 49 años cumplidos, el estudio es similar a los
realizados anteriormente tanto desde el punto de vista metodológico como temático.
Tasas muy bajas de mortalidad, tanto infantil como general caracterizaban la
conyuntura demográfica de Costa Rica alrededor de 1993. Después del vertiginoso
descenso registrado entre 1960 y 1975 desde niveles excepcionalmente altos, la
fecundidad se estabilizó durante la década siguiente, pero las cifras de los últimos años
sugieren una nueva tendencia al descenso. El estudio del otro componente del cambio
demográfico, la migración, sigue estando limitado por la ausencia de cifras recientes.
En este contexto, la combinación de una muy baja mortalidad y de una fecundidad que
después del descenso se estabilizó en niveles aun relativamente elevados por varios
años, indica que la población de Costa Rica crecerá rápidamente en el corto plazo.
Además, un potencial de crecimiento aún mayor está implícito en una estructura por
edad joven y un flujo migratorio internacional desde países vecinos que luce
significativo.
Los resultados muestran un considerable progreso en las condiciones de vida de las
familias costarricenses, al menos de aquellas donde residen mujeres en edad fértil. Casi
la totalidad (99%) de las viviendas en las áreas urbanas cuenta con agua de cañería
y electricidad y aún en las zonas rurales más de 9 de cada diez viviendas se provee de
agua entubada. Un 84% de las viviendas dispone de cloaca o tanque séptico y de
letrina en un 1 5% de los casos, aunque esta es considerablemente más común en las
zonas rurales. Teniendo en cuenta de que se trata de grupos en los que la reproducción
tiene lugar, los hogares son típicamente más grandes que lo que indican los censos
para toda la población. La encuesta da un promedio de 5 personas por vivienda
ocupada. En un 53% de estas no residen niños menores de 5 años y la proporción de
viviendas con tres o más es muy reducida (3.3%).